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¿QUÉ ES LA VIDA?...

I. Un regalo amoroso de Dios a los hombres.

Siendo el hombre criatura de Dios, ha recibido como regalo del Padre, el preciosísimo don de la Vida. Y es que Dios en un acto totalmente libre creo al hombre a su imagen y semejanza; por tanto está vida que hemos recibido de las manos de Dios es santa pues el dador de vida es infinitamente Santo.

Este hecho debe llevarnos a reflexionar en torno al valor que tiene la vida y sobre todo la gran responsabilidad que tenemos frente a lo que representa el conservarla y cuidarla siempre de cara a Dios.

Dios que por sobre todo es Padre, quiere que el hombre aprenda a vivir junto a él, aprenda a cuidar y valorar la vida que ha recibido de manera gratuita, vida que por cierto finalmente no nos pertenece, puesto que la hemos recibido de Dios para administrarla de la mejor manera posible.

Para eso hemos sido creados para ser un verdadero reflejo del amor de Dios, a partir de nuestros actos, y es que son finalmente nuestras acciones de vida las que testimonian a diario cuan ligada está nuestra existencia a la de Dios.

II. un regalo no estimado…

Dios nos ha dado la vida para que hagamos de ella un verdadero templo del Espíritu Santo, para que la cuidemos y obtengamos frutos de ella, sin embargo la triste realidad de nuestra condición humana nos recuerda como por envidia del diablo entró la muerte en el mundo (sb1,13-14; 2,23-24). Este hecho, oscurece el sentido de toda la existencia humana. La muerte entra por la envidia del diablo (cf gn 3,1-5) y por el pecado de los primeros padres (gn 2, 17; 3, 17-1) y entra de un modo violento, Caín mata a Abel: “cuando estaba en el campo, se lanzo Caín contra su hermano Abel y lo mato” (gn 4,8).

Si somos creación divina, si somos la expresión más grande del amor puro de Dios, ¿Qué es lo que nos aleja cada día de aquel destino maravilloso que Dios mismo nos ha trazado? No cabe duda que es el mismo hombre quien a torcido el verdadero camino que le debería llevar a ese encuentro eterno junto a su padre Dios, es el mismo hombre quien en un afán de buscarse a si mismo se ha olvidado que la existencia se la debe a Dios y no a si mismo, consecuencia de todo esto, el hombre asesta el primer golpe contra la vida, la primera muerte es presentada con una singular elocuencia en una pagina emblemática del Génesis. Una pagina que cada día se vuelve a escribir, sin tregua y con degradante repetición, en el libro de la historia de los pueblos.


III. Un mal entendido sentido de libertad que envuelve nuestra existencia.

Y es que en verdad, el hombre ha sido creado para amar, para vivir en armonía con sus semejantes, sin embargo, igual que Adán, es tentado por el poder maléfico del pecado que, como bestia feroz, esta acechando a la puerta de su corazón, esperando lanzarse sobre la presa. Pero el hombre es libre frente al pecado. Lo puede y lo debe dominar: “como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar” (Gn 4,7).

Si hay algo maravilloso dentro de la obra creadora de Dios, es el sentido de libertad que le ha dado a nuestra existencia, Dios nos quiere a su lado , pero libremente, sin coacciones, así como el amor de Dios es puro, limpio y transparente, así también nos quiere junto a él, lamentablemente en muchas ocasiones lejos de responder al amor de Dios, son los celos, el egoísmo, la envidia y la ira los que prevalecen sobre la advertencia del Señor, y así el hombre pierde el verdadero sentido del valor de la libertad y por consiguiente pierde el sentido y valor de su existencia.


IV. Una respuesta positiva al Amor creador de Dios

La vida no nos pertenece, es de Dios, sólo a él le corresponde determinar sobre la vida de las personas. Dios ha puesto frente a cada ser humano el quinto mandamiento, para que aprendamos a respetar nuestra vida y la vida de los demás.

La vida de todo ser humano ha de ser respetada de modo absoluto desde el momento mismo de la concepción, porque el hombre es la única criatura en la tierra que Dios ha “querido por sí misma”, y el alma espiritual de cada hombre es “inmediatamente creada” por Dios; todo su ser lleva grabada la imagen del Creador. La vida humana es sagrada porque desde su inicio comporta “la acción creadora de Dios” y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término: nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente.

El Hombre ha sido llamado a la vida desde una perspectiva familiar, esto es, la realización humana del hombre se debe alcanzar a partir de una verdadera convivencia, en la cual el respeto a la vida debería ser aquel elemento que garantice aquella tan anhelada convivencia social que en verdad debe existir entre todos los seres humanos.


V: Un eterno volver al Padre que me ama…

Cuando el hombre se aleja de aquel verdadero proyecto de Dios, es decir, cuando decide a partir de una actitud totalmente egoísta no respetar su vida, ni la de su prójimo, todo el verdadero sentido de la vida se ve alterado, se trastoca, quedando nuestra existencia expuesta a un sinnúmero de situaciones que ponen en peligro la vida humana.

Es lamentable, que en medio de esta situación el hombre tan sólo siga pensando en si mismo, se da cuenta de muchas cosas, que ha fallado, que ha actuado de manera equivocada, que se está hundiendo en la culpa, sin embargo, olvida algo importantísimo, olvida que tiene por padre a un Dios que es infinitamente misericordioso, un padre que está siempre dispuesto a perdonar, por una razón sencilla, AMA, y es casualmente ese amor puro y limpio el que le lleva a abrir sus brazos y mantenerlos así, en espera de aquel hijo que tal vez, no una , sino en repetidas ocasiones se alejará del Padre, porque no acaba de entender la inmensidad del Amor de Dios que le ha procurado la vida para que haga de ella un encuentro personal, constante y amoroso con su padre.

Aprender a valorar la vida, requiere finalmente, apertura de parte del hombre a todo lo que Dios ha preparado para el, buscar, descubrir, dejarnos conducir por Dios, traerá como resultado que el hombre tome conciencia del valor sagrado de la vida que ha recibido de las manos Dios, como regalo inmerecido.

Posteado por Marco Alberca 4:34 p. m.  

2 Comments:

  1. Anónimo said...
    Esa es la grandeza de cada hombre y cada mujer: ¡somos hijos de Dios! La mayor parte de los males de nuestra sociedad provienen de este desconocimiento. Violencia, malos tratos, depresiones tienen mucho que ver con la falta de conocimiento de la grandez y dignidad que tenemos por ser imagen y semejanza de Dios. estupenda labor la tuya Carlos. un cordial saludo desde España.
    Anónimo said...
    Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.

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