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EDUCAR EN LA TOLERANCIA.

La educación, entendida como todo un proceso de acompañamiento, requiere por parte de quienes educan: mayor atención y cuidado, es importante que todo aquel que ha asumido la misión de educar, tome conciencia de que no trabaja con cosas sino con personas y estas merecen una singular dedicación, si es que lo que queremos en verdad es lograr que ellos, nuestros alumnos, lleguen a ser personas autenticas.

Leía hace unos día lo siguiente: “Educar hoy en día, resulta difícil, nuestra sociedad ha aprendido a instruir, más no a educar”, visto desde esta perspectiva, la educación que estamos brindando a nuestros alumnos no es completa, con la instrucción estamos garantizando tan sólo una parte del desarrollo de la persona, la parte cognitiva, importante sin duda, pero no es el único aspecto que requiere atención, también se hace necesario formar a la persona para la vida, y si hay que ser sinceros esto no sabemos aún como hacerlo, por el simple hecho de que en la práctica no lo forjamos, hablamos mucho actualmente de valores y virtudes, de su necesidad de aplicarlos en nuestras vidas, de lo importante que es lograr que el niño desde pequeño los viva, pero lamentablemente, casi siempre, nos quedamos en el plano teórico de su desarrollo, olvidamos que los niños y por consiguiente los jóvenes, no requieren que se les hable de valores lo que anhelan es ver a sus mayores dando testimonio con sus vidas de lo grande que puede llegar a ser una persona viviendo con autenticidad los valores..

Por consiguiente, si de eso se trata, vivenciar los valores, resulta bastante complicado, por una sencilla razón: somos poco tolerantes, en principio, con nosotros mismos, y luego en consecuencia somos casi siempre intolerantes con los demás, podría decirse, que el mundo se está volviendo cada vez, más intolerante, es decir no nos estamos entendiendo, no estamos coexistiendo de manera pacífica, en resumidas cuentas no estamos ayudando a nuestros niños a convivir entre ellos mismos,

Necesitamos aprender de verdad a ser tolerantes, hemos olvidado que la tolerancia es una fortaleza interna que le permite a la persona afrontar dificultades y disipar malentendidos. La semilla de la tolerancia, el amor, se planta con compasión y cuidado, pero una compasión que no debe ser entidad como lastima, sino que implica padecer con… el dolor del otro, es decir sentir el malestar o las necesidades de los demás como nuestras. Cuanto más afectuoso se vuelve uno y más comparte ese amor, mayor es la fuerza en ese amor. Cuando hay carencia de amor, hay falta de tolerancia, entonces todo se trastoca, tenemos que enseñar a nuestros alumnos a ser tolerantes, con ellos mismos con sus pares y con la sociedad que les acoge.

Hoy más que nunca nuestros hogares, nuestras escuelas, nuestros países, y nuestra sociedad en general necesitan aprender a salir de si y encontrarse con otros a pesar de sus diferencias.

Posteado por Marco Alberca 4:51 p. m.  

1 Comment:

  1. Marea said...
    Tienes toda la razón, tenemos que ser tolerantes, a veces me pregunto de donde viene la intolerancia, y mucha viene de la religión que condena y juzga.

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