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"Ad Majorem Dei Gloriam"

Si hay algo que me llama la atención, en los santos, es la sencillez de sus vidas, la fuerza interior que les lleva a olvidarse de ellos y darlo todo por el ideal de vida que mueve sus corazones.

Hoy, 31 de julio, la Iglesia Universal, y de manera particular la Compañía de Jesús, recuerdan a un gran hombre, a un gran Santo, Ignacio de Loyola, su vida pienso yo, se puede resumir en un profundo amor a Dios.

En todas las reseñas biográficas que he podido leer sobre su vida, encuentro aquel inmerso amor, que le llevó no sólo a dejarlo todo por amor a Dios, sino a contagiar de ese amor a otros, su espíritu militar, le permitió hacer de su congregación un verdadero ejercito de soldados al servicio de Cristo.

Particularmente puedo decir que se lo que es la Compañía de Jesús, aprendí a descubrir el inmenso amor que Dios me tiene, de la mano de varios buenos y santos Jesuitas, algunos de ellos ya no están, se han marchado a ese su encuentro eterno con su Señor, pero al igual que su fundador, cada uno de ellos supo contagiar ese fuego de amor que les llevo a ofrecer su vida y ponerla al servicio de aquel que le da sentido a nuestra existencia..

Como olvidar a Fernando Basabe, Carlos Purón, Fernando Ponce, Ignacio Soto, José Luis Idígoras, Enrique Bartra, Mons. Augusto Vargas, José Luis Maldonado, Romeo Luna Victoria, todos ellos de una u otra forma, me enseñaron con el testimonio de vida, y la santidad de su sacerdocio a amar de verdad a Dios; como olvidar a Paco de la Aldea, a Mons. José Luis Isusquiza, Ignacio Muguiro, Javier Purón, Antonio Arana, Manolo Cavana, Pedro Obitas, Enrique Castro, Gabriel y otros más, que si bien es cierto por el paso de los años , se encuentran en otros lugares desempeñando otros cargos, sin embargo, en su momento, Dios los puso en mi camino para que aprendiese de ellos el entusiasmo de seguir a Cristo.

Hoy, en este día tan especial para la Compañía, quiero unirme a ellos en oración para dar gracias a Dios por habernos dado un Santo de la talla moral que tuvo San Ignacio, que supo inflamarse del amor de Dios para que otros nos abrigásemos al calor de su amor.

Posteado por Marco Alberca 9:44 a. m.  

2 Comments:

  1. Anónimo said...
    junto con los Agustinos Recoletos, en mi recorrido de vida, son las dos mas grandes ordenes qu he conocido de cerca.. Ad maiorem gloriam Dei siempre...
    (la imagen de San Ignacio de parece a Lucho.. :P)
    Kike said...
    ¡Caramba! Qué gusto encontrar otro blog católico peruano, hombre. Ya pensé que los que teníamos uno éramos bichos raros, je, je...

    Por esas cosas de la vida, conozco o he oído hablar de algunos de los jesuitas que mencionas. Te faltó mencionar (bueno, tal vez no lo conozcas) a Armando Nieto, un santo varón. Sí, grandes los jesuitas. Y espero que sean lo que están llamados a ser.

    Un abrazo desde el Callao.

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