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La verdadera alegría de la Navidad.


Desde pequeño, me ha ilusionado el tema y el tiempo de la navidad, es más me sigue colmando de ilusión, y es que siempre la he sentido y la he visto como un tiempo en que la alegría y la paz cobran una inmensa fuerza, las cosas se ven, se sienten y se hacen de una manera distinta a como las hacemos a lo largo del año. Las personas nos vemos, nos tratamos de una manera distinta a la de todo el año, en fin hay algo muy especial en la navidad.

Gracias a mis padres aprendí que la navidad es un tiempo en el que Dios nos da la oportunidad de comprender cuanto nos ama, toda vez que nos concede a su hijo, para por medio de Él alcanzarnos la salvación. Y es así que el Hijo de Dios se hace hombre y nace en medio de nosotros, la escena bíblica que nos presenta el evangelista, se encarga de darle forma a este magno acontecimiento “Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor. Y aquí tienen la señal: encontraran un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.” De pronto, en torno al ángel, apareció una legión del ejercito celestial, que alababa a Dios, diciendo: “Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.” (Lc. 2, 11 – 14).

Después de leer y meditar esta escena solo puedo terminar diciendo que grande, bueno y humilde es Dios, no se puede entender de otra manera, solo aquel que ama de verdad puede despojarse de la forma que lo ha hecho Dios, es el inmenso amor que nos tiene, el que le ha llevado a no pensar en Él, sino en nosotros.

Tan bien lo hemos entendido los hombres que, pienso que no hay un rincón en el mundo, donde no se simbolice de alguna forma este acontecimiento, digo esto porque a lo largo de la historia de la humanidad han ido surgiendo una serie de doctrinas, regímenes totalitarios, corrientes y sistemas filosóficos que han tratado de llevar al hombre por un camino distinto al de Dios y sin embrago aquí estamos, el hombre no ha olvidado a Dios, le sigue teniendo muy presente, por una sencilla razón, es su Dios.

Que hermoso ha sido poder ver todos estos años, repetirse una y otra vez este acontecimiento, que sencillez y al mismo tiempo que grandeza la de la navidad.

Sin embargo, resulta penoso, ver como a veces el mismo hombre, en su afán de buscarse a si mismo, va tratando de darle otro sentido a la navidad, un sentido comercial y material que busca mostrarnos que aún la navidad es nuestra, aún el cumpleaños de Jesús le debe ser arrebatado, es decir debemos de celebrar la navidad pensando sólo en nosotros no en Jesús que nace, debemos regalarnos nosotros, no buscar un regalo a Jesús.

No nos perdamos en esa parte material que está haciendo que se olvide el verdadero sentido de este tiempo navideño, tomemos como referente a María ella supo apostar por la verdad y esa verdad le abrió el camino a la felicidad junto a Dios.

La vida es una continua lucha por alcanzar la verdadera felicidad, esforcémonos por vivirla con sincera humildad, está en nosotros, en nuestro esfuerzo diario por hacer bien las cosas, dejemos que Jesús nazca en nuestros corazones, cada día del año, eso hará que la vida la veamos y la sintamos de manera distinta.
Hoy al concluir este año, convendría hacer un recuento de nuestros actos y ver que tan humilde ha sido nuestro proceder, en casa con nuestros hijos, en el trabajo a la hora de comunicarnos, al momento de desarrollar nuestras funciones.

Resulta oportuno también el que con mayor frecuencia echemos una mirada contemplativa a este tiempo, no olvidemos que la navidad llega para nosotros como un regalo de Dios, que por puro amor nos regala a su Hijo, por eso es importote entender que si la vivimos con autenticidad la navidad nos dispone a tratar de ser mejores. Ese es el afán de Dios que seamos mejores cada día.

Posteado por Marco Alberca 6:40 a. m.  

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