En un mundo tan cambiante y competitivo como el que estamos viviendo, resulta importante que la educación superior, encargada de formar a los futuros profesionales, asuma el verdadero rol que le corresponde.
Se puede decir que es la Universidad, tanto pública como privada, la llamada a propiciar un cambio de paradigma en lo que a preparación para la vida se refiere. La formación continua o de por vida, resulta ser hoy una necesidad impostergable. Y es que actualmente “no basta con formar personas sólo para atender las necesidades inmediatas de las empresas, pues sus conocimientos pronto quedarían obsoletos”, (Jordi Planas, académico de la Universidad Autónoma de Barcelona.)
Resulta evidente el hecho de que las universidades deben esforzarse por ayudar a sus futuros egresados, no sólo a prepararse para asumir los retos de los primeros años de su vida profesional, si no por el contrario los egresados de las universidades, deben concluir sus carreras sintiéndose preparados para asumir con responsabilidad ética los retos que su vida profesional les exija en el día a día. De allí que no basta con preparar las mentes de los futuros responsables de la dirección de la sociedad, es necesario, atender en ellos, también aquel aspecto espiritual, muy humano por cierto, que hoy más que nunca exige ser atendido.
Al respecto, considero que la universidad “San Martín de Porres”, no es ajena a esta necesidad de cambio, todo lo contrario, es notoria la preocupación que siente esta institución por brindar a sus jóvenes estudiantes una verdadera educación, la cual perdure y sobre todo les ayude para toda la vida.
Es así que desde hace un año viene ofreciendo a la juventud chiclayana la posibilidad de generar una formación acorde a sus necesidades y expectativas, sabe y es consciente que no se trata tan sólo de colmar a sus alumnos de conocimientos, sino que por el contrario se encuentra abocada a formar personas para que mañana más tarde asuman con autenticidad y transparencia los retos que toda sociedad moderna exige.
Desde mi espacio felicito a las autoridades de esta casa de estudios por el esfuerzo y sobretodo por el entusiasmo y seriedad con que vienen desarrollando su trabajo en pos de ofrecer a los jóvenes de Lima y Chiclayo; más adelante estoy seguro, de todos los sectores del Perú, una verdadera educación para la vida.
Posteado por Marco Alberca
11:37 p. m.
Etiquetas:
Educación
3 Comments:
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Yo soy Villarrealino, esa es mi alma mater, y me gustaría ver cómo las universidades de Perú y Chile trabajan coordinadas intercambiando experiencias.
Saludos desde Antofagasta, Chile.
Y eso me da ánimos , pero a la ves me conmueve ;__;